Un gran botellón y una ratonera descontrolada, un Madrid arena flamenco. Los soportales de la Corredera taponados por las barras de los bares, generándose un gran tapón de gente.
A los que vivimos en las calles aledañas a la Corrredera no nos dejaban pasar a nuestras casas, le tuve que enseñar mi DNI a un policía local que se negaba a dejarme pasar para entrar en mi casa. Malísima gestión, malísima calidad de la gestión los espectáculos, una pena que grandes artistas quedaran tan deslucidos. La cantidad no es calidad y no es el éxito de una actividad… aprendan un poco a gestionar espectáculos y la cultura de esta ciudad.
Reitero el comentario de Antonio Ruiz López, la semana que viene botellón mariano…
↧
Por: Vivo en el centro
↧